viernes, 23 de mayo de 2014

"The Handmaid's Tale": argumentos para no dar la espalda a la lucha feminista

Sí, vale, "The Handmaid's Tale" (en español, "El Cuento de la Doncella") de Margaret Atwood no está basado en hechos reales. De hecho, se trata de una distopía que nos muestra un futuro en el que el papel de las mujeres ha quedado relegado al de meras incubadoras de bebés. Sin embargo, en muchos puntos, esta novela nos recuerda la importancia de defender los derechos de las mujeres cuando todo parece que va bien. Porque siempre hay cosas por las que luchar y pueden ser mejoradas, y siempre hay derechos que nos pueden ser arrebatados.

Trabajar, poseer una cuenta corriente o simplemente leer una de esas llamadas "revistas femeninas" son algunos de los derechos que son arrebatados a la protagonista de esta novela, Offred, y a todos sus congéneres. La instauración de una sociedad teocrática, tras el asesinato del presidente de Estados Unidos, así como de los miembros de su Congreso, supone para las mujeres el final de cualquier tipo de libertad y el sometimiento a un periodo de instrucción antes de ser asignadas como "doncellas" a la casa de un Comandante. Su papel, lejos de ceñirse al de una cuidadora del hogar, consiste en dar un hijo al comandante a través de una ceremonia establecida como rutina en la que la fecundación se debe producir sin placer y en presencia de la esposa del comandante. En fin, una forma elegante de dar a entender que la violación se acaba convirtiendo en algo institucionalizado y tan rutinario que a nadie parece importarle.

A medida que avanza la novela conocemos los pensamientos de Offred, cómo era su pasado antes de que todo se fuera al garete, cómo se vio arrebatada de su marido y su hija, de su trabajo, de su mejor amiga... en definitiva, vemos cómo ella, que, en oposición a otros personajes femeninos de su vida anterior, nunca se había implicado directamente en la lucha feminista, ahora comprueba que todo aquello por lo que su madre y su amiga Moira luchaban era real.

El ritmo de la novela en ocasiones es algo denso debido a los constantes saltos temporales y al ritmo pausado de la acción. Sin embargo, tras leerla, deja un poso combativo que aviva las ganas de luchar por nuestros derechos, una actitud que hoy más que nunca debemos convertir en nuestro modo de vida.

Os dejo con algunas citas para que os animéis a leerla. La traducción, un poco libre porque la he hecho yo, está entre corchetes:

"A man is just a woman's strategy for making other women". 
[Un hombre es sencillamente la estrategia de una mujer para hacer otras mujeres].

"I admired my mother in some ways, altough things between us were never easy. She expected me to vindicate her life for her, and the choices she'd made. I didn't want to live my life on her terms. I didn't want to be model offspring, the incarnation of ther ideas. We used to fight about that. I am not your justification for existence, I said to her once. I want her back. I want everything back, the way it was. But there is no point to it, this wanting". 
[Admiraba a mi madre por muchos motivos, aunque las cosas entre nosotras nunca fueron fáciles. Ella esperaba que yo reivindicara su vida y las decisiones que había tomado. Y yo quería vivir mi vida en mis propios términos. No quería ser una hija modelo, ni la encarnación de sus ideas. Solíamos discutir por ello. Yo no soy la justificación de tu existencia, le dije una vez. Y quiero que vuelva. Quiero que todo vuelva a ser tal y como era. Pero ese deseo no tiene sentido].

"There were places you didn't want to walk, precautions you took that had to do with locks on windows and doors, drawing the curtains, leaving on lights. These things you did were like prayers; you did them and you hoped they would save you. And for the most part they did. Or something did; you could tell by the fact that you were still alive".
[Había lugares por los que evitabas caminar, precauciones que tomabas que tenían que ver con ventanas cerradas, puertas con cerrojo, cortinas corridas y luces encendidas. Estas acciones eran como plegarias; las hacías con la esperanza de que te salvaran. Y la mayor parte de las veces lo hacían. O algo hacían; al menos eso podías pensar por el hecho de que aún seguías viva].